sábado, 23 de julio de 2011

Visita a los bajos fondos

Hoy hemos salido a las 11, hemos cogido a Dimitri, que nos ha dado la noche y tenía cara de perro, y nos hemos dirigido raudos y veloces con un taxista completamente calvo pero muy amable al casco antiguo.

El casco antiguo se puede definir como una especie "Poble Espanyol" gratuito. Se ve que en la guerra lo rompieron todo y les dio por volver a construirlo haciendo ver que no había pasado nada. Pero sí había pasado algo, y el lugar nunca volvería a ser el mismo.

Precisamente hoy hemos coincidido con la graduación de los nuevos y duros policias polacos, que usan cartucheras de piel marrón, armas semiautomáticas y lanchas de los años 50, cual enemigos de relleno en una película de James Bond.




Dimitri ha hecho de las suyas en venganza por el desplante de ayer en el hotel, que para los que se incorporen ahora fue abandonado por el malvado Javi y condenado a la abstinencia de fiesta.

Ha metido al Javi en un problema, se ha encontrado con un colega suyo del barrio al que le debía un favor...



y ha robado un coche de policia


Javi, como su responsable legal, ha sufrido las consecuencias de los viles actos del can.


Tras algunas horas de negociación y soborno, Javi ha sido liberado. Y hemos ido a visitar la casa de unos amigos en los bajos fondos en el barrio de Praga. Un barrio acogedor. Con dos cojones.


Sí, son agujeros de bala.

Es un barrio bien cuidado, con la mejor gente de toda Polonia.


Con patios interiores muy bonitos, al estilo del eixample.


El barrio tiene constante atención policial, evidentemente para procuparse por el bienestar de los vecinos. Y preguntarles si todo está a su gusto. En la imagen podéis ver un par de agentes picando puerta por puerta para preguntar a los vecinos si reciben correctamente el Financial Times al que están suscritos.


Esta foto la ponemos porque tiene tela que Dimitri tenga permiso para hacerse una foto con las esculturas y nosotros no.


Dimitri se ha emperrao en salir esta noche de fiesta. Así que habrá que hacerle caso al señorito. No queremos volver a tener problemas.

2 comentarios:

  1. Cuando volvais a Barcelona, hacemos una kedada y le decimos a Dimitri que se venga! Me cae bien, el chaval... digoooo, el perro!

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