domingo, 11 de agosto de 2013

Dimitri con David Guetta. Electrobeach 2013.

La única excusa posible para hacer este post 21 días después sería que hubiéramos hecho el viaje a Francia en coche de caballos, y ni aún así. Nos tendrían que haber asaltado unos galos.

Bueno, que hay bastante material audiovisual para 14 horas que estuvimos allí.

Voy a meter primero el vídeo, para los que no tengan muchas ganas de leer. Y si os ralla demasiado, os recomiendo que paséis directamente hasta el minuto 3:15 aproximadamente dónde encontraréis lo que más vale.

No he editado nada, no tenía ganas ningunas, así que me he limitado a meter un vídeo detrás de otro en uno de 6 minutos y pico. Es verano.

Después, el que tenga ganas que pase a leer las vagas explicaciones que damos sobre lo ocurrido.





El sábado 20 de Julio decidimos llevar a Dimitri a visitar Francia para ir a la playa un rato y nos encontramos con que David Guetta nos había montado un concierto junto a unos amigos (Armin Van Buren, Afrojack, Avicci, las Dj Nervo, Sebastian Ingrosso, Martin Solveig, Nicky Romero, Dj Smash que es un ruso que lo parte y Sergi Domene el dj de catalunya).

Cuándo llegamos allí los policías franceses no conocían a Dimitri y no nos dejaban aparcar, enviándonos de un lugar a otro como funcionarios del estado. Hasta que les enseñamos que la entrada era VIP y teníamos derecho a parking. Si no hubiéramos tenido entrada VIP seguramente estaríamos todavía dando vueltas.

Una vez llegamos, una rubia nos explicó que la zona de acampada del festival estaba a varios Km de allí cogiendo un autobús y la salida de no se qué autopista, y cosas complicadas que no estábamos dispuestos a hacer después de beber.

Intentamos aparcar en los lavabos (al menos por el olor que desprendía la zona), pero al abrir las ventanillas salimos corriendo despavoridos sin contemplación ni miramientos por la vida humana, aparcando a centenares de metros de la zona.

Tal cual aparcamos salió la comida y el JaggerMaister. También un Francés intentó unise a nosotros para ir a Barcelona, pero lo rechazamos igual que una familia de pingüinos rechaza a los hijos de sus vecinos.

El nuevo caballero de la orden Josep empezó a asustarse de nuestras extrañas costumbres bárbaras de beber a deshoras.

Con el estómago lleno empezamos a preocuparnos por el tema de dormir y surgieron diversas teorías y propuestas, como dormir en un descampao, en una pineda, en plena playa (dónde estuvimos matando el tiempo por la tarde intentando escalar troncos como en Assassins Creed 3), dentro del coche o volvernos directamente a barcelona borrachos perdidos después del concierto... Era una lluvia constante de propuestas inteligentes. Pero decidimos resolverlo sobre la marcha, que cada uno cayera dónde pudiera y ya está.

Mientras hacíamos todo esto Sergi Domene nos amenizaba la tarde (sí, la tarde, porque aún hacía sol).

A medida que oscurecía el festival ganaba nivel y cientos de personas se agolpaban en los exteriores atraídos por la música y las luces de colores. Estos franceses...

Era nuestro primer festival, y no es como por la tele. El alcohol se compraba con fichas de plástico y era poco y de baja alcurnia.

Un festival es una reunión de jóvenes que últimamente se está poniendo de moda (un ejemplo es el reciente festival de Woodstock de 1969). En él los muchachos se reúnen para ver a sus ídolos y escuchar bases rítmicas repetitivas creadas por computadora.

A las 22:00 salió un hombre color de etnia subsahariana como telonero de David Guetta, su única función era hacer bajar exageradamente el nivel del festival para que cuándo llegara Guetta pareciera mejor de lo que es. Función que perfectamente podría haber hecho cualquier representante español del festival de Eurovisión.

A las 22:30 llego Dios. (O puede que no, seguro que Dios cobra menos que él y encima trabaja a jornada completa, excepto en África).

Entonces hizo lo que tenía que hacer, partió el bacalao, fue el jefe, el amo, el hombre a seguir, el punto de reféncia, marcó el norte, el cabeza de familia, el macho alfa, el lider de la manada, el Bárcenas de la música, el Fary de los taxistas, el Julio Iglésias del sexo...

Vamos, que bien. Como para no hacerlo bien un tío que cobra 300.000 € por 2 horas (no es el que más cobra del planeta). Según nuestros cálculos, que seguramente estarán mal como siempre, eso significa que cobra 2500€ por minuto, teniendo en cuenta que una persona de 46 años como él tiene una media de 60-70 pulsaciones por minuto, cada vez que latía su corazón ganaba 35 euros. Repetimos, como para no hacerlo bien.

A las 00:30 justas (la organización no se podía permitir ni una pulsación más) salió del escenario y nunca más se supo. Su agente inmobiliario y el director de su sucursal bancaria estarán muy contentos.

Ésta es la cara que se le pone a alguien que gana 2500€ al minuto.
Mientras él ganaba dinero, nosotros ganábamos alcohol en sangre. Con la entrada VIP se incluía, a parte del parking una botella de champagne y un masaje.

Lo vimos muy complicao lo del masaje, y creo que ellos también, así que nos dieron una botella de champagne extra gracias a las habilidades comerciales de Marc.




El ajado y maltrecho Dimitri vigilando el champagne. Lleva muy mala vida. Y sino comparad su aspecto físico con el que tenía en Polonia, cuándo era un peluche nuevo e inocente. Es lo que tiene no lavarlo.

Después del concierto, mientras actuaba el Dj indignado Nicky Romero nosotros fuimos saliendo como la mayoría del público.

Empezó entonces la odisea de dónde dormir. Volviendo de nuevo a las posibilidades anteriormente citadas, y para no dejarnos ninguna sin cumplir dormimos cada uno de una forma distinta.

Marc durmió en la playa cual indigente arrimao a la tienda, con un cojín del sofá de su casa, para sentirse más cerca del hogar y tapado con una toalla.

Josep se rindió y decidió dormir en los asientos de atrás del coche con Dimitri, mala elección, pues el jolgorio se extendió hasta altas horas de la madrugada en las cercanías del Párking.

Menos de 200 metros más allá, en plena arena de playa, se erguía majestuosa una tienda de campaña con capacidad para 2 personas montada a la luz de una linterna mala, a la 1 y media de la madrugada bajo los efectos del alcohol. Que nunca nadie os diga que lo más barato del Decathlon es malo, porque Javi y Sergio consiguieron hacinarse ahí y mantener un sueño ligero durante 3 o 4 horas.

Durante la noche sufrimos la oleada de colgaos que venían del festival, y cuyos propósitos no podíamos conocer. Y es que, como bien dijo Loulogio, escuchar hablar en francés mientras duermes en la calle suena muy violento.

Lo que es la tienda, no sabemos todavía como se monta en realidad y si eso está hecho para la playa o no. Con más piquetas creo que hubiéramos montado un edificio de 5 plantas con parking. La clave es poner siempre más piquetas.

La tienda se levanta en la oscuridad de la noche.

La tienda al amanecer y los trapajos sobre los que durmió el Marc.

Creamos tendencia y unas chicas nos imitaron, unos metros más allá.

Javi y Dimitri, elegancia y sofisticación.

Las piquetas son vida.

Lo mejor fue la salida. Cuándo por la mañana recorrimos los escasos 200 metros hasta el parking a ver como le había ido a Josep. No teníamos esperanzas de encontrarlo en buen estado, aunque siempre confiamos en que siguiera con vida. De lejos nos había parecido peor de lo que fue.

Decidimos que los pocos que estaban durmiendo no lo merecían, así que decidimos dar varias vueltas al parking con la música del coche a todo volumen para sentir la experiencia de miedo y dolor de recibir una paliza por parte de decenas de franceses cabreados con resaca. Ellos nos tiran la fruta, nosotros los despertamos con resaca.

A falta de imágenes mejores tenemos esta que es muy parecida.
La imagen de la mañana es realmente desoladora, debido a los excesos de sustancias no conocidas por gente de nuestra posición social.

El paisaje era desolador, realmente dantesco, sólo justificable por un conflicto armado o una catástrofe natural. Con una buena sesión de fotos podrían usarse las imágenes para una campaña de Intermón Oxfam sin irse tan lejos. Lo de los fotógrafos es esnobismo.

Volveremos.

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