El domingo nos habíamos propuesto levantarnos pronto y salir raudos y veloces hacia el
castillo de Vlad el Empalador en
Bran y a ver la Rumanía rural de nuestros sueños.
Allí dónde veíamos un rumano que hablara español realizábamos un sondeo para averiguar la dificultad de tal gesta.
9 de cada 10 rumanos de habla hispana opinan que viajar en una sola jornada al castillo de Bran desde Bucarest sin saber ir es una hazaña digna de las 12 pruebas de hércules o el primer mamífero en el espacio, y el que hace 10 era una recepcionista que no nos quería faltar al respeto, y que iría a comisión del coche de alquiler.
Aún así, Javi y Marc no cesaron en su empeño. Yo sí, pero soy fácil y me dejé llevar. Dimitri no dijo nada, lo vemos triste.
Finalmente, como hemos dicho antes, nos levantamos temprano, a las 10 y media. Luego fuimos a desayunar, que se nos hicieron las 11 y ala, salimos a las 12. Temprano, que había que cumplir con la misión.
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Mirad, Dimitri tiene un rumano tipo H-1 sentado detrás. |